Rigoletto

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Agosto 2025
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Argumento

La acción se desarrolla en la ciudad de Mantua (Italia) y sus alrededores, durante el siglo XVI.

 

Acto I

Escena 1. Salón en el palacio ducal.

Se alza el telón y la escena se sitúa en un salón, en el palacio del duque de Mantua,​ donde se está celebrando una fiesta. El duque canta a una vida de placer con tantas mujeres como sea posible (Questa o quella - Esta [mujer] o aquella). Se vanagloria de su nueva aventura de conquista hacia una desconocida joven del pueblo, a la que ha visto en la iglesia (más tarde, se descubrirá que se trata de Gilda, hija de Rigoletto), pero él también desea seducir a la condesa de Ceprano, a la vista de su marido. Rigoletto, el bufón jorobado del duque, se burla de los maridos de las damas a las que el duque está prestando atención, y aconseja al duque que se libre de ellos aprisionándolos o matándolos. Marullo comunica a los cortesanos que el bufón Rigoletto oculta a una «amante», y los nobles no se lo creen. Como casi toda la corte ha sido víctima de las burlas de Rigoletto, todos quieren devolverle las ignominias. Posteriormente, Rigoletto se burla del conde Monterone, otro a quien el duque ha insultado a través de la deshonra a su hija y que entra en escena reclamando venganza. El Duque manda arrestarlo. Monterone es arrestado mientras proclama la famosa maldición que traerá la perdición a Rigoletto. La maldición aterroriza a Rigoletto.

Escena 2. Una calle, con el patio de la casa de Rigoletto.

Rigoletto vuelve a casa preocupado por la maldición. Su monólogo es interrumpido por un extraño, Sparafucile, quien revela ser un sicario y le ofrece sus servicios. Ante la pregunta del bufón, Sparafucile revela su método: su hermana Maddalena seduce a las víctimas y las atrae a su posada, donde él las asesina por encargo. Rigoletto contempla las similitudes entre ellos dos; Sparafucile mata a los hombres con su espada, y Rigoletto usa "una lengua de malicia" para apuñalar a sus víctimas (Pari siamo! - "¡Somos parecidos!").

Entra en la casa y allí encuentra a su hija Gilda, aquella misma joven a la que los cortesanos habían tomado por su amante. Se saludan con afecto en el dúo Figlia!, Mio padre! - "¡Hija!" "¡Padre mío!", que muestra la relación entre ambos: Rigoletto es un padre cariñoso y temeroso de perder a su hija; Gilda es una niña inocente y ansiosa de conocimiento. Ella no conoce ni el nombre ni la ocupación de su padre, quien la mantiene celosamente guardada bajo el pretexto de protegerla de las inclemencias del mundo libertino que él tan bien conoce. Rigoletto insiste en que Gilda permanezca en la casa y no salga más que a misa, acompañada de su doncella, Giovanna.

Cuando Rigoletto se ha ido, el duque aparece y, escondido, escucha el diálogo de Gilda con Giovanna, donde la primera confiesa sentirse culpable por no haberle hablado a su padre del hombre misterioso que la observa y sigue todos los domingos. Alega un interés por él, y dice que lo amaría si fuese estudiante y pobre. Tras sobornar a Giovanna, el duque logra entrar en el jardín de la casa y presentarse a Gilda declarando su amor. Le miente sobre su identidad diciendo que es un estudiante pobre llamado Gualtier Maldé (E il sol dell'anima - "El amor es el sol del alma"). Afuera se oyen las voces de Ceprano y Borsa planeando el rapto de la supuesta amante de Rigoletto, y Gilda teme que sea su padre de vuelta. Echa al duque después de intercambiar rápidamente votos de amor (Addio, addio - "Adiós, adiós"). El duque se marcha y Gilda se queda sola meditando por su amor por Gualtier Maldé (Gualtier Maldè! ... Caro nome - "Querido nombre").

Más tarde, en la oscuridad de la noche, los hostiles cortesanos se encuentran con Rigoletto en la parte de afuera de la tapia del jardín. Creen que Gilda es su amante y se preparan para raptar a la indefensa muchacha. Convencen al bufón de que están preparando el rapto de la esposa de Ceprano, tapándole los ojos y usándolo para ayudarlos sosteniendo la escalera. Están todos enmascarados y Rigoletto ayuda, sin percatarse que está contribuyendo al rapto de su propia hija. Cuando se da cuenta ya es demasiado tarde. Lleno de angustia, se derrumba, recordando la maldición de Monterone al grito de «Ah, la maledizione!».

 

Acto II

El palacio del duque.

El duque revela haber vuelto sobre sus pasos y hallado la escena del rapto de Gilda. Expresa ira y jura venganza sobre el responsable, luego lamentándose por la suerte de su amada (Ella mi fu rapita! - "¡Me la han robado!" y Parmi vedar le lacrime - "Me parece ver las lágrimas"). A continuación aparecen los cortesanos y narran el rapto de la supuesta amante de Rigoletto. El duque se da cuenta de que se trata de Gilda y les pregunta sobre su paradero, a lo que estos contestan que se encuentra en el palacio. Gilda es entregada al duque atada de pies y manos, y este le declara su amor antes de encerrarse con ella en su recámara (Possente amor mi chiama - "El poderoso amor me llama").

Encantados por la extraña excitación del duque, los cortesanos ahora se divierten a costa de Rigoletto, quien entra al palacio e intenta descubrir dónde está Gilda fingiendo desinterés, pues lo que más teme es que haya caído en manos del duque. Sus temores se ven confirmados una vez que la esposa del duque hace aparición y, al preguntar por su paradero, los cortesanos acaban por confesarle que "el duque está ocupado". Finalmente, Rigoletto admite que de hecho está buscando a su hija y pide a los cortesanos que se la devuelvan. Ante la negativa, dirige encolerizado y desesperado su Cortigiani, vil razza dannata - "Raza maldita de cortesanos".

Los hombres golpean al bufón después de que éste intente entrar en la habitación donde Gilda está retenida. En ese momento entra Gilda en escena, avergonzada y rogando a su padre privacidad. Rigoletto expulsa a los cortesanos y amenaza contra cualquier tipo de interrupción, en especial del rey. Los hombres se marchan de la habitación creyendo que se ha vuelto loco. Gilda narra consternada a su padre cómo llegó conocer al duque y fue raptada por lo cortesanos (Tutte le feste al tempio - "Todos los días festivos"). Rigoletto jura vengarse del duque por la humillación de su hija, mientras ésta pide clemencia (dúo: Sì! Vendetta, tremenda vendetta! - "¡Sí! ¡Venganza, terrible venganza!").

 

Acto III

na calle afuera de la casa de Sparafucile.

A orillas de un río, se ve parte de la casa de Sparafucile, con dos habitaciones abiertas para que el público lo vea. Rigoletto ha encargado a Sparafucile asesinar al duque, pero antes debe desengañar a Gilda, que aún lo aprecia. Ambos llegan al exterior de noche, mientras una tormenta se avecina. Desde la ventana escuchan y ven al duque cantando la famosa aria La donna è mobile, una oda a la infidelidad y la naturaleza voluble de las mujeres. Entra en escena Maddalena, hermana y cómplice de Sparafucile, la cual coquetea con un duque que sucumbe a sus encantos fácilmente. Rigoletto hace que Gilda vea al duque seducir e intimar con la Maddalena, mientras ésta se lamenta por su suerte y su desamor (Bella figlia dell'amore - "Hermosa hija del amor").

Rigoletto llega a un acuerdo con el asesino, que está dispuesto a matar a su huésped por dinero. Acuerdan una suma de 20 escudos de oro. Rigoletto ordena a Gilda que se vaya a casa, coja dinero y vestida de hombre huya hacia Verona, donde él más tarde la seguiría. El asesino y el bufón deciden que tras su muerte, el cuerpo del duque será puesto en un saco y arrojado al río. Cuando cae la noche, se desencadena una tormenta y el duque decide pasar la noche en la posada. Sparafucile le asigna alojamiento en la planta baja.

En ese momento, reaparece Gilda en escena vestida de hombre. Oye a Maddalena intentando convencer a su hermano de no asesinar al duque, sino al bufón en su lugar. Sparafucile dice no poder asesinar a un cliente, amén de mostrar su preocupación por los diez escudos que aún le debe Rigoletto por terminar con el encargo, pero promete cambiarlo por el primer hombre que se presente en la taberna, si esto ocurre antes de la medianoche. Gilda decide sacrificarse para salvar al hombre del que se ha enamorado. Entra en la taberna pidiendo asilo, haciéndose pasar por un mendigo. De inmediato, Sparafucile la alcanza con su puñal, tras lo cual ella cae herida mortalmente.

A medianoche, acaba la tormenta y Rigoletto entra en escena con el dinero. Sparafucile le entrega el saco con el supuesto cuerpo del duque y el bufón se regocija en su triunfo. Cuando se dispone a arrojarlo al río, con piedras para que se hunda, oye la voz del duque desde el interior de la posada cantando nuevamente La donna è mobile. Horrorizado, abre el saco y, para su desesperación, descubre a su hija agonizante. Por un momento, ella recobra el conocimiento y pide perdón a su padre antes de morir en sus brazos (V'ho ingannato - "Padre, te he engañado"). La escena termina con el lamento desgarrador de Rigoletto en que culpa a la maldición de Monterone por su desgracia.

 

 

 

 

 

 

 


 

Programa y reparto

Macerata Sferisterio

El Macerata Sferisterio es uno de los lugares al aire libre más emblemáticos de Italia, situado en la encantadora ciudad de Macerata, en la región de las Marcas. Este impresionante anfiteatro fue originalmente construido en el siglo XIX como una arena para el juego de la pelota al brazo, pero desde entonces se ha convertido en un lugar reconocido por albergar eventos culturales y artísticos de renombre, especialmente representaciones de ópera.

El Sferisterio es famoso por su acústica excepcional y su importancia histórica. Puede albergar a más de 2.000 espectadores y ofrece una experiencia realmente única para quienes asisten a una función. La estructura al aire libre permite a los visitantes disfrutar de impresionantes vistas del campo circundante mientras experimentan algunas de las mejores actuaciones en vivo de Italia. El Sferisterio también es sede del renombrado Festival de Ópera Sferisterio, que se celebra cada verano y atrae a públicos internacionales.

Llegar al Macerata Sferisterio es sencillo. La ciudad de Macerata está bien conectada por tren y autobús, con rutas regulares desde ciudades importantes como Ancona, Bolonia y Roma. La estación de tren de Macerata, situada a pocos pasos del lugar, lo hace fácilmente accesible para los viajeros. Para quienes lleguen en coche, hay varias instalaciones de estacionamiento alrededor del Sferisterio y la ciudad está bien conectada a través de redes viales.

El propio Sferisterio es una estructura magnífica que combina elementos arquitectónicos clásicos y modernos. Los visitantes pueden explorar los alrededores, que incluyen jardines exuberantes y una pintoresca plaza, perfecta para disfrutar del ambiente antes o después de una función. El Sferisterio ofrece una variedad de opciones de asientos, incluyendo lugares reservados en las áreas frontales y superiores, así como asientos de pie para quienes prefieren una experiencia más informal.

Si planeas asistir a un evento en el Macerata Sferisterio, asegúrate de llegar temprano para disfrutar del hermoso entorno y ambiente. La historia y la ubicación única del lugar lo convierten en una parada obligatoria para los amantes de la cultura.

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